Un juguete frágil
Luciano Polverigiani
Luciano Polverigiani nació en Buenos Aires en 1973. Estudió en la Escuela de Cerámica Fernando Arranz de la Ciudad de Buenos Aires y en el año 1993 se tituló de Maestro Nacional. Desde entonces trabaja en el desarrollo de obra personal y participa en diversos proyectos individuales y colectivos vinculados al arte y oficio cerámico. En el año 2021 ingresó como miembro de la Academia Internacional de la Cerámica (AIC-IAC).
En sus trabajos reflexiona sobre el material cerámico y el uso o destino que tendrán las piezas terminadas. Por ejemplo “la arcilla” como material y “la taza” como objeto de uso cotidiano. Podemos imaginar innumerables objetos de cerámica que cumplan diversas funciones como piezas utilitarias, decorativas, de carácter artístico, etcétera. En todos los casos, relacionamos al material cerámico con la fragilidad. Los objetos de cerámica se rompen si se caen al suelo o se manipulan bruscamente.
Comienza por trabajar entonces con la idea de un “juguete de cerámica”. Un juguete que se rompe puede resultar contradictorio; sin embargo, hay allí elementos conceptuales y poéticos para desarrollar estas piezas.
El “uso” que tendrán estos trabajos está vinculado a lo lúdico, al movimiento. Resulta paradójico el hecho de que el barro, material esencial del ceramista, goce de la característica única de la plasticidad y ese mismo material, una vez horneado, sea rígido y compacto, lo opuesto a lo plástico y al movimiento. La cerámica además de ser frágil es rígida. Estos tópicos comienzan a aparecer en sus trabajos en forma de ensayos. Pequeñas y medianas esculturas plantean escenas o situaciones que ponen a dialogar a una serie de personajes, pudiéndolos mover o cambiar de posición y de esta manera configurar nuevas escenas, otras miradas.
“Entonces, en un juguete de cerámica reflexiono sobre la fragilidad y en la acción del juego, reflexiono sobre el movimiento”.