Rodrigo de la Cruz y lo que cuenta la cerámica de San Agustín Oapan
La mano del artesano plasma con habilidad las historias de un pequeño poblado ubicado en Guerrero, donde la alfarería es un legado ancestral que perdura hasta hoy.
En San Agustín Oapan, un pequeño niño llamado Rodrigo de la Cruz se sentaba al lado de su padre a observarlo pintar. De pronto, sujetaba el pincel para practicar su propio trazo, ese que desarrolló con una destreza manual única que lo ha llevado a ser reconocido como un destacado artista en México y el mundo.
“Empecé a trabajar el barro por mi familia, mis antepasados, mis papás, y yo aprendí desde niño, trabajando”, cuenta.
Su trabajo es parte de una tradición oral viva ya que plasma historias, tradiciones y paisajes de su comunidad utilizando engobes naturales.
El proceso alfarero en su comunidad comienza con la recolección o compra del barro y de los pigmentos naturales, que suelen ser terrones ricos en óxido de hierro. Quienes recolectan el barro lo hacen con picos y lo transportan con animales de carga. Cada artesano mezcla barros, arena y una fibra natural que recolectan del árbol ceiba pentandra, conocido como pochote, para formar su material de trabajo.
Las piezas se construyen con la técnica del churro y se usa como herramienta un olote.
Para quemar las piezas de barro en San Agustín Oapan, se improvisa una hoguera a ras de suelo en algún espacio abierto. Se utiliza estiércol de vaca como combustible, tiestos y ladrillos como soportes, y láminas de asbesto para cubrir las piezas.
Este tipo de quemas suelen ser muy rápidas, de máximo 4 horas, y la mayor parte del tiempo se dedica a "precalentar" las piezas, es decir, a llevarlas lentamente a aproximadamente 200 grados centígrados; una vez ahí, es tiempo de que el fuego las abrase.
En 2019, y gracias al intercambio educativo que la Escuela Nacional de Cerámica firmó con Taoxhichuan Jingdezhen International Studio, Rodrigo realizó una residencia artística en China durante dos meses, en la cual compartió y adquirió nuevas experiencias académicas y personales que sin duda, han contribuido en su trabajo.
